martes, 12 de febrero de 2013

Noche de carnaval



Tenía sueño y estaba cansada, pero me daba apuro dejar colgadas de nuevo a  mis amigas. Además, ya tenía preparado el disfraz, y era una pena no utilizarlo. Así que me me puse frente al espejo y empecé a "tunearme". Había salido poco desde que mi novio, perdón, exnovio me había dejado plantada.
- La relación no va a ningún lado, se ha estancado y me siento preso.
Esas fueron sus palabras, más o menos, aunque la realidad es que quien le había aprisionado era una compañera de trabajo, Amalia, de la que siempre me estaba hablando. Menuda lagartona!!!!. Pero bueno, ahora no es momento de pensar en eso, sino de divertirse-me dije, mientras me terminaba de arreglar. Media hora más tarde, mis dos mejores amigas pasaban a recogerme. Menos mal que me habían enviado vía "wasap" una foto de como iban disfrazadas, porque estaban totalmente irreconocibles. Patricia iba de Cleopatra y Mónica de Napoleón. Cuando llegamos al local la fiesta estaba de lo más animada. Nos acercamos a la barra y un pirata nos sirvió unos vodkas con naranja. Estuvimos hablando un rato hasta que la música cambió y pusieron un tema de Muse. Cleo y Napo se lanzaron a la pista como verdaderas posesas mientras yo me pedía mi segunda consumición.
- A esta te invito yo- dijo una voz a mi lado. Me giré y pude ver al ángel mas hermoso que ningún humano haya visto jamás. Si es que ha habido alguien que haya visto alguno!!!!. Era el típico rubio de pelo largo, ojos azules, perfil griego y cuerpo de escándalo.
- Me llamo Miguel, y tú?
- Yo no, dije como una estúpida. El sonrió y yo me derretí. Me llamo Melibea.
- Un nombre precioso que te hace justicia. Un calor me empezó a subir por el cuerpo y pensé que lo más sensato sería utilizar el hielo para enfriarme, pero quizá aquella visión celestial, pensara que me estaba insinuando. Y habría acertado!
- No te gusta bailar?.
- Si, pero los tacones me están matando.
- Quizá prefieras que nos sentemos.
Aquel angelito iba demasiado deprisa, pero yo  me sentía diferente, no se, lanzada, desinhibida. Debía ser mi disfraz.

- Si, creo que estaríamos más cómodos-contesté mientras le miraba a los ojos y le lanzaba una sonrisa.
Nos fuimos a uno de los reservados del fondo del garito y apenas nos sentamos él empezó a besarme el cuello.
- Vaya, para ser un ángel tienes maneras de diablillo.
- Arcángel- contestó muy digno él. No me bajes de categoría.
Comenzó a recorrerme las piernas con sus manos y al llegar a los pies me los cogió y se los colocó encima de sus piernas, mientras que con mano segura me quitaba los zapatos y comenzaba a masajeármelos.
- Humm.
- Te gusta??. Si quieres vamos a tu casa y te masajeo el resto del cuerpo.
Un rato más tarde estaba tumbada en mi cama, desnuda y con un arcángel fisioterapeuta dándome un sensual masaje. Mis contracturas desaparecieron como por arte de magia. Al menos las de la espalda pero a la mañana siguiente tenía agujetas hasta en el paladar. Si, si, en el paladar.
Miré a mi alrededor y me encontré sola. Agucé el oído, pero nada. El arcángel se había marchado en algún momento de la madrugada.
Sonó el teléfono. Era Mónica.
- Qué tal con el angelito?.
- Arcángelito. De maravilla. Ha sido un polvo celestial.Con alas y todo.
- No se quitó el disfraz??. Qué morbo.
- No se quitó las alas-puntualicé- pero vamos, que no creo que vuelva a verle. Se ha largado sin despedirse y sin dejarme su número de teléfono.
- Mujer, los arcángeles no necesitan teléfono.
Poco después de colgar, el móvil sonó de nuevo. Era un número larguísimo que no reconocía.
- ¿Si?
- Ya estás levantada?-Su aterciopelada voz hizo que mi cuerpo reaccionara-Lamento haberme ido sin despedirme, pero mi jefe me necesitaba. Voy a estar ocupado un tiempo, pero en cuánto pueda me gustaría volver a verte.
- Esto, y en que trabajas???.
- No lo adivinas?. Soy un  exterminador .
- Aceptas encargos??-Pregunté mientras en mi cabeza se formó la imágen de mi ex y su.... Amalia.


2 comentarios:

  1. Me gusta mucho como escribes y me he quedado con muchas ganas de más.

    Tienes un premio en mi blog. ¡Un beso!

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